Una máscara es un artilugio que puede transformar la persona que la lleva, impregnarla de la personalidad representada y tal vez magia como creían las civilizaciones antiguas, en donde egipcios, incas y aztecas les atribuían el poder de los dioses. A través de la historia el uso de las mismas ha cambiado, ha perdido divinidad e incluso en muchas ocasiones ha ganado un significado festivo o burlesco, pero siempre representa un ser, es decir, un concepto.
Mis máscaras tienen un discurso alterno, ya que no hablan de ocultar o pretender, mediante ellas hablo de mostrar, de ser, ellas encarnan a manera de arte-objeto, una intensa y larga búsqueda personal de esa mujer soñadora que es Silvia.
¿Has analizado qué es lo que percibimos y cuántas veces la confusión obnubila nuestro ser desvaneciendo nuestras expresiones para dejarnos en el vacío, en el silencio y la ignominia?